sábado, diciembre 10, 2005

Un viaje muy chingón (Parte III)

El Desayuno

Unas ricas birritas para conectar la peda, ¿por qué no?, nada más que el único que lo logró fue Rolando, y de qué manera, ¿verdad?


También tuvimos la suerte de recibir a un chante que vendía garnachas... y que cobraba el cubetazo de agua para jalarle al baño-letrina, que el Conde tuvo la gracia de tapar.

No se confundan, la de al fondo es la esposa del chante.


Y el desayuno del perro: los macarrones de la discordia en la olla que llevó Marco. Lo bueno fue que quedó inmaculada, como para volverse a usar en ese momento.




La foto oficial, o casi, ya listos para levantar el campamento e irnos de regreso a México, DF, con la intención de seguir turisteando.

Digo que la foto es casi oficial porque falta la Gina, que estaba demasiado borracho como para levantarse; prefirió seguir durmiendo en lugar de acompañarnos con unas chelas y unos sopesitos.

Un viaje muy chingón (Parte II)

La Fiesta O La "Barachera"


El lugar es simplemente hermoso. Tuvimos, además, la suerte de ser los únicos dueños de la peña, aunque fuera sólo por un par de días.



Mi primo haciendo el tonto otra vez. Tiene el don de hacer reir.




La "BARACHERA" (o la borrachera si no estás borracho como para pronunciarla). Ahora que lo pienso, acabamos "barachos" muy rápido... ¿acabamos o acabé?... el punto era que todavía no prendíamos ni la fogata, pues ahí en la foto se puede ver perfectamente como si fuera uno más de nosotros, la pila de leños que llevamos desde el DF... claro que había que administrarlos bien, pues tampoco era mucha la cantidad de leña que llevábamos por más que estuviera llena la cajuela de mi coche, al sacarlos se redujeron como por arte de magia a un mononcito para una fogata de 15 güeyes para toda una noche.


Eugenio y Jorge cenand
Fueron jochos y la verdad es que nos supieron de puta madre, con rajitas y toda la cosa.

Un viaje muy chingón (Parte I)

La Salida Y La Llegada


Sábado 26 de noviembre del 2005, 10:30 horas, empieza la travesía con alegría y un poco de temor: el Conde está muy grande y no cabía en mi coche, Pano decidió traerse una manta de pluma de ganso (para eso del frío) que bien pudo haber servido de forro para el coche, Pol y Rol con mochilas y yo con chingos de leños para la fogata. Mi coche, un Ibiza que carece prácticamente de cajuela, tuvimos que hacer de todo para que cupiéramos en los dos coches; en el otro iba mi primo con dos amigos de la universidad y Laurita que fue la que se animó a hacer nuevas amistades... la hora fue tentativa, tuvimos que cargar gasolina, buscar una olla, sacar dinero del banco, atravesar medio DF para llegar 2 horas después de lo pactado a casa del Conde... ya saben, puntualidad mexicana, la antítesis de la inglesa.


Después, ¿por qué no? una mani-
festación en la que tuviera fama de la avenida más larga del mundo, la Avenida Insurgentes. No pudimos bajarnos para apoyar la lucha, pero pues sí les tomamos unas fotos en calzones a los viejos, y a las viejas, que andaban totalmente empelotadas, lamentablemente no nos dio tiempo de retratarlas para la posteridad.





Finalmente, ya una vez fuera de la ciudad de México y después de aproximadamente 10,00 horas en el coche, literales, pudimos bajarnos a comer a Real del Monte, pueblo minero por excelencia, del cual se dice se llegó a sacar por muchos años el 25% de la plata mundial anual.


Aquí viene lo bueno. Después de comer teníamos que llegar a Huasca para de ahí tomar la desviación al campamento, no sin antes haber hecho las paradas correspondientes para comprar los hielos necesarios para nuestros chupes de la noche, con los cuales soportaríamos el intenso frío .
... llegar a Huasca no tiene el menor problema, pero cruzándola, 11km de terracería entre choceríos y con señalizaciones como esta, créanme no es tan fácil llegar y menos cuando te cierran el único camino que te conocías. ¿Mi preocupación? Que vendrían dos coches más pero a destiempos. Huachi hasta eso pudo llegar al atardecer, pero a Memo y Juli, que salieron a las 4 de la tarde del DF (obscurece a las 6:30pm), se les ponchó una llanta en el camino... sin comentarios, sólo diré que Juli tiene unos HUEVOTES por aventarse el viaje a obscuras, obscuras en todos los sentidos: de noche, sin conocer, sin señalizaciones, sin gente a quien preguntar...


Pano y mi primo Vic haciendo el tonto. Son Miss agosto y Miss abril respectiva-
mente.






Por cierto, esta casa de campaña, propiedad de mi primo, era de 3 cuartos, o sea, enorme, con chingos de tubos para armar (tantos que al final sobraron) Y NUNCA LA HABÍA ARMADO, y él de los más despreocupado y nosotros con 10-15 minutos de luz, pero la verdad es que la armamos en corto antes de que obscureciera... bueno, la armaron porque yo me dediqué a tomarle fotos al atardecer.

jueves, diciembre 08, 2005

Gotas de LLuvia

Eres la roca al fondo del cañón , tan bien sujeta al piso y que siempre se rodea del mismo pedrerío que te crees infalible.
Yo soy el río que atraviesa valles y llanos y conoce nuevos parajes, siempre sujeto al cambio.
A tu quietud le molesta mi viveza, y a mi viveza no le importa tu presencia, pues en ti puede entrar y así de fácil puede salir.
Tú, toda quieta no crees en mi sendero, pues estoy sujeto a las lluvias que me hacen crecer.
A mí no me importa dejarme llevar por la fuerza torrencial, porque después será navegable el cauce otra vez. Pero tú, al final, te quiebras en cachitos por las mismas gotas de lluvia que a mí me hicieron crecer.

lunes, diciembre 05, 2005

Pachá Buena

Gracias, Pachá, por no pemitir la maldad en mi corazón.
Gracias, Pachá, porque de esta manera todos mis hermanos son buenos ante mis ojos, porque no hay en mí pensamientos viperinos ni ponzoñosos que me identifiquen con ellos.
Gracias, Pachá, por frustrar en mí cualquier intento de daño, porque todos son tus hijos y si los daño, te daño a ti más profundamente, y de ti yo vivo, y no te quiero ni herida, ni triste, ni enferma, te quiero y te necesito hermosa, jovial y de mil voces.
Gracias, Pachá, por darme la fuerza para aceptar lo que no está en mi raciocionio ni en mi poder, y la agudeza para entender que la envidia es lo que nubla la mente del débil.