Ya estoy de vuelta... eso espero
Quiero escribir, pero ¡¡¡no se me ocurre nada!!!
Ya lo dijo Pablo Picasso: para conocer a la Inspiración hace falta que te pille trabajando...
Bueno, la verdad es que debería de estar más que inspirado para escribir: ya me titulé, por fin, después de tantos meses de estira y afloja y de tanto papeleo de mierda (del tiempo neto de trabajo, una tercera parte fue burocracia). ¿Lo pueden creer? ¿En la UNAM?... que por cierto, un día después de mi examen profesional, que fue 27 de junio, el Circuito Escolar de la UNAM junto con todos sus edificios, el Estadio Olímpico y todos sus murales, fue inscrita finalmente en el listado del Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO, bajo la premisa de Patrimonio Moderno. Sólo tres universidades gozan de este privilegio (¿cómo es que nos tardamos tanto?): la de Alcalá de Henares en España, la de Cracas en Venezuela y finalmente la UNAM en México. Cabe destacar que dentro del listado del Patrimonio Moderno sólo hay ocho lugares inscritos, de los cuales tres pertenecen a México: el Hospicio Cabañas en Guadalajara, Jalisco (1997); la Casa-Estudio de Luis Barragán (que dicho sea de paso es nuestro único Pritzker) en el Ditrito Federal (2004); y, finalmente, la Universidad Nacional Autónoma de México en el Ditrito Federal (2007). O sea, que ¿más de la tercera parte de la herencia cultural moderna del mundo se encuentra en México? A ver, pero si México no es un país moderno, ¿o sí?
Qué manías tiene el mexicano, ¿verdad? Y lo peor es que, como un chiste cruel del destino, se nos presentan milagrosamente estos espejismos para no sentirnos tan inferiores, para esconder ese complejo que todavía llevamos dentro. Nos gusta darnos nuestros guayabazos, pues.
- En México habita el segundo hombre más rico del mundo.
- ¡Hombre! ¡Qué genial! En México habrá mucho dinero entonces, ¿no? Habrá oportunidades de crecimiento para todos. Digo, si un empresario que supuestamente empezó de la nada logró avasallar esa fortuna, es porque en México se busca el desarrollo.
Ahora que vivo fuera de México, no hay nada que me dé más asco que saber que en mi propio país se vive el contraste económico-social más desastroso de nuestros días, DE MIS DÍAS. es que hasta me dan ganas de llorar. No entiendo el consumismo humano y me duele más el consumismo en mi propio país, un país que no quiere aceptar su condición tercermundista formando pactos como el TLC (NAFTA, en inglés) o tomando partido en la OCDE.
Si vivimos ahora en un mundo mercantilista, ¿por qué carajos no podemos entender que nosotros los consumidores tenemos el poder? ¿Acaso estamos así de ciegos? ¿Acaso queremos que todo nuestro capital esté en manos de una persona? ¿Acaso queremos que toda la riqueza del mundo esté en 500 pares de manos? Creo que antes de todo, está nuestro deber como consumidores el de permitir que nuestro dinero fluya en más manos y en rumbos diferentes. Yo por eso no apoyo y condeno al mismo tiempo los MONOPOLIOS.
¿Alguien más odia los monopolios? ¿Qué haces al respecto?